Señor presidente: gracias por joderme la vida. Gracias también por joder la vida de mis hijos, de muchos amigos de un número indeterminado de estudiantes, ancianos, jóvenes "poco cualificados", amas de casa, señores de 55 años en el paro, usuarios de la Sanidad Pública, profesionales de la cultura, profesores, sanitarios, funcionarios medios, trabajadores no fijos, madres solteras, pequeños empresarios, autónomos, y animales de compañía. Supongo que usted, para lo que le queda, le importará tres rábanos lo que le digan. Es más, seguro que piensa que lo ha hecho lo mejor posible y que la culpa es de la coyuntura económica mundial. El origen de la culpa no se lo niego, lo que me repatea es su actitud delante de ésta. Empecemos por el principio. Usted es secretario general de un partido que se autodenomina Socialista Obrero. ¿Me puede usted explicar qué tienen de socialistas o de obreras las medidas económicas tomadas por su gobierno desde el 2008?. ¿Quizás la inyección bestial de dinero PÚBLICO que inyectó a la banca española?. No, esto no. Pues ¿será esa reforma laboral del 2010 que dejó a muchos trabajadores con el culo al aire y que no ha servido para NADA?. Va a ser que esto tampoco. ¿Qué me dice de la reforma exprés de algo tan inmaculado y sagrado para usted como la Constitución Española, en la que se prima antes el pago de la deuda que la de médicos, profesores o bomberos). Vaya, pues tampoco... Vale, vale, no hace falta seguir: todas sus políticas económicas han sido de corte neoliberal, impuestas por presiones de grupos que nada tiene que ver con la soberanía de este país. Que yo sepa, ni el FMI, ni la UE (y ojo, que yo soy europeísta, pero no así), ni las agencias de calificación (que manda cojones que una se llame "Normal y Pobre"), ni tan siquiera los bancos alemanes que hablan por boca de la señora Merkel tienen nada que decir sobre la soberania española, aque lla que le da legitimidad a sus mandatos. No, señor Zapatero, la soberania popular, la que le da el poder, proviene directamente del PUEBLO, aquel que se ha visto tan perjudicado por sus decisiones. Vale, ahora me podría decir (si tuviese ideas de ciencias políticas) lo de la democracia representativa y todo ese rollo. Pero eso no me vale. Lo que me vale es lo chungo que lo tenemos, y lo chungo que lo tendremos en los próximos años. Y todo por que usted no ha sido valiente, no ha seguido la ideologia que dice defender. Espero que algún día, mientras descansa en su nueva vida de jubilado político (cobrando una pensión que es casi pornográfica para más de un jubilado de la calle), se pregunte qué hubiera pasado si en vez de dar esa morterada de dinero a los bancos lo hubiese utilizado para crear empleo, que hubiese pasado si se hubiera negado a seguir las directrices del FMI y de la UE (como han hecho paises como Argentina, Brasil o Suráfrica, a los que le va la mar de bien), qué hubiese pasado si hubiera decidido no pagar la deuda privada, aquella que no he creado ni yo, ni mis hijos, ni mis amigos, ni la inmensa mayoría de ciudadanos, ni tan siquiera usted. Y espero que cuando piense en las posibilidades de esas decisiones, se vuelva a preguntar si realmente es socialista y obrero.
